En caso de caída total de la red eléctrica (cero energético), tanto los sistemas de autoconsumo como las grandes plantas solares conectadas a red dejan de generar electricidad.
Esto ocurre porque el autoconsumo con conexión a red necesita respaldo eléctrico para operar. Sin energía en la red, los inversores solares no pueden funcionar, a pesar de que las placas sigan recibiendo radiación solar. Además, por criterios de seguridad exigidos en la normativa española, cuando la red pierde tensión, los inversores desconectan automáticamente la producción para evitar riesgos de electrocución y daños en las infraestructuras.
La única manera de garantizar electricidad durante un apagón es disponer de baterías físicas instaladas localmente junto con un inversor híbrido capaz de funcionar en modo aislado («modo isla»).
Por su parte, las llamadas baterías virtuales no mantienen el suministro durante un corte: solo permiten compensar excedentes económicos en la factura eléctrica, y puede ser más o menos rentables según la negociación del precio del excedente, pero no almacenan energía real.
“El autoconsumo conectado a red debe entenderse como una herramienta para ahorrar y para contribuir a la sostenibilidad ambiental, pero no como una fuente de respaldo eléctrico ante caídas de la red”, explicó Ángel Treviño, CEO de Ecoluz Consultores.
Datos clave sobre el crecimiento de la energía solar en España:
- Potencia instalada de autoconsumo (2024): 8.585 MW (6.304 MW industriales y 2.281 MW residenciales) [APPA Renovables].
- Nuevas instalaciones de autoconsumo (2023): 127.304.
- Producción energética de autoconsumo (2024): 9.243 GWh (3,7% de la demanda nacional).
- Potencia solar fotovoltaica conectada a red (2024): 32.350 MW [Red Eléctrica de España].